1948 El Arte del Cantinero (Mixellany)
líquidos espirituosos, mereciendo ocupar un lugar distinguido entre los agentes de que se puede utilizar el hombre en be- neficio de su organismo y con ventaja de su inteligencia". Las más grandes mentalidades de todos los tiempos y de todas las edades» le rinden tributo y pleitesía al vino. Horne- ro tenía pasión por ese licor. Horacio y Ovidio» rindiéronle admiración en sus versos inmortales. Zimmerman compara sus efectos al organismo humano, como el abono a las plan- tas. Pero haciendo una comparación más exacta, el antro- pólogo Várela de Montes, Profesor que fuera de la Universi- dad de Santiago de Compostela, dice: "El vino se parece a los estiércoles en la vegetación: en cantidad pioporcionada la activa; si es excedente o muy viva, su acción consume y quema los vegetales. El vino puro, de una manera indudable, usado con moderación» sin abusar de él, auxilia la digestión y reanima el organismo. Bien saben esto los pueblos vini- cultores» como Francia y España» que consideran elemental para comer» como el pan» el vino. Un poeta de la antigua Grecia, que no recordamos su nombre, conocedor por expe- riencia propia de estos hechos, dijo en sus versos ensalzando las virtudes del vino que "es el mejor regalo que nos han he- cho los dioses a los mortales". Sostiene Horacio» que Hornero» para animar la vivacidad de su imaginación cuando escribía sus versos» tenía que to- mar vino. Y no falta quien sostenga que CMlo sólo compo- nía cuando se sentía excitado por el vino; Plutarco dice lo mismo de Lamprias; Horacio de Catón y Galeno de Zenón. "En medio de la temperancia —dice Várela de Montes» el vino— es sin duda en cierta edad uno de los auxilios más po- derosos para sostener la digestión» centro de la organización, en un estado de actividad propia para digerir bien los ali- mentos". Y si en los climas templados aconseja la salud el consu- mo de bebidas refrigerantes y los vinos y licores deben consu- mirse con medida» no es menos cierto que en los países fríos es elemental al hombre el consumo de bebidas alcohólicas, porque se necesita para excitar la acción orgánica» disminui- da por los efectos debilitantes del frío excesivo; para excitar la acción digestiva activando la superficie gástrica; para ha- cer más penetrables los alimentos por los jugos gástricos» que ésas son las funciones terapéuticas inmediatas del vino en el organismo humano. Sin embargo ser como son dentro de la más pura cien- cia estos hechos comprobados por los investigadores; a pe- sar de que en los climas cálidos no es indispensable el consu- mo de vinos y licores para la preservación de la salud, se ha comprobado que en las regiones meridionales, antes de des- cubrirse el alcohol» los hombres recurrían a los aliácidos con
Digitised by Jared M Brown & Anistatia Miller, 2009
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