1955 Tragos Magicos by Pichin

· tor: era una música puramente interior, de solitario. La integración del cóctel como una de las modernas bellas artes se produjo cuando, a la armonía de los sabores, bajo la bóveda colmada de ecos del paladar, se agregó la armonía de los colores dentro de la copa grácil y crist:tlina. Y bien, sin duda alguna nuestro Pichín es a la vez un músico y un pintor cuando opera con sus espíritus, aromas y jarabes. Ha nacido con el don de descubrir el toque nuevo y personal, el sostenido o el bemol, el rayo de luz o la sombra, el tono cálido o frío, que iluminarán con sorprendente originalidad la obra sa– lida de sus redomas y probetas. Pero no se agota en el plano artístico la personalidad de Pichfo, ni tampoco en el encanto cordial de su amistad, abierta y sin doble fondo, que transforma al consumidor ocasional en cliente, y al cliente en amigo. Pichín es algo más: es un patriota convencido de que nuestra Argentina no cede el paso a ninguna otra na– ción en materia de licorería y que sueña incesante– mente con pasear por todas las grandes ciudades del mundo los colores argentinos sobre sus incomparables creaciones, abriendo así las puertas del mercado inter– nacional a la calidad de nuestra industria. Los esfuer– zos, los sueños y el dinero que ha invertido Pichín en este afán nacionalista no podría contarse, e inclu– sive pocos saben de ellos. Es una lucha incesante, que debe librar casi solo. Pocos lo ayudan y lo compren– den. Nuestros vinos y licores podrían hallar la con– sagración más amplia en el exterior. Pero parece que tal perspectiva no seduce a los que todo tienen que ganar y nada que perder con ella. Es que se carece

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