1964 MANUAL DEL BAR, A.M.B.A. 2° EDICIÓN

el mundo más desigual que los gustos. En conseéuencla, debemos dar a nuestra tarea la mayor flexibilidad posible. Si estas normas son observadas cscrupulosamente, el cliente se hallará bien atendido en cualquier parte donde se ubique.

El barman y los clientes

Cada cliente que se acerca al mostrador es un estado de <:\nimo pronto a manifestarse; unos toman para exterio– rizar su alegría, otros para disipar su tristeza, tratando de dejar en el fondo de la copa sus amarguras; y la mayoría, por simple rutina. No son pocos los que hacen confidentes de su estado de ánimo al barman. Este debe ser lo sufi ciente discreto para escuchar y eludir cuestio– nes que no son de su incumbencia, sin causar desagrado al cliente. Debe adivinar o intuir sus gustos y cumpli– mentarlos, evitando contrariarlo con vanas erudiciones. Debe eludir diplomáticamente al que pretenda mono· polizar su tiempo con conversaciones triviales. El barman se debe a todos sus clientes y para ser correcto con lodos no debe establecer privilegios. La atención y la cortesía deben ser sus principales atri· butos: será un cultor ele la amistad pero ha ele procurar no caer en excesos de confianza, que en nada han de beneficiarle. El trato cordial y respetuoso, sent como un dique de contención, que estanque la excesiva efusividad que brota, cuando una copa ha sido llenada varias veces.

- 55 --

Made with FlippingBook - Online Brochure Maker