1980 MANUAL DEL BAR, A.M.B.A. 3° EDICIÓN

Jos vinos. f!n.os~ Jo es por la excelencia de sus enólogos y por la m1c1attva y tesonera acción de sus empresarios que han sabido y saben reunir todos los elementos detallados y combinados sabiamente al servicio de la causa del buen vino. Por esta razón, compiten en la Argentina un par d~- centenares de empresas productoras que, o tienen vrnedos y bodegas propias o bien compran a cultiva– dores, las vides que necesitan para sus cortes finos. Estas empresas han invertido cuan tiosos capitales en la.s más modernas instalaciones (cubas, sótanos especiales de estacionamiento en botella, laboratorios etc.) y lo siguen haciendo, acorde con las neces i dade~ de la constan temente modernizada industria del vino de calidad. Lógicamente, todos los cuidados son pocos con tal de lograr productos de muy alta calidad y si lo logran, valga la redundancia, puede afirmarse que es a costa de verdaderos "criadores" de vinos "finos. CONSUMO El consumo interno se mantiene prácticamente es– table, oscilando en Jos 22 millones de hectoli tros por año, fluctu.ando según la época. Algun os países están buscando rncrementar el consumo de vino, subvencio– nándolo y promoviéndolo tal el caso de la Un ión So– viética o las naciones del Caribe, ello es debido al re– conocimiento del vino como una bebida sana genuina ~limenticia y que no produce en mayor grad~ alcoho~ hsmo. Por eso en los países mencionados así como en los escandinavos, donde el alcoholismo es grande, se procura orientar a la población hacia el consumo de vin? como. reemplazo de los aguardientes. Al respecto, es ilustrativo el fenómeno que se da en nuestro país, donde el índice de alcoholismo es del orden del 4 5 • 1 por ciento : las provincias vitivinícolas exhi ben un por- centaje prácticamente insignificante.

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