1980 MANUAL DEL BAR, A.M.B.A. 3° EDICIÓN

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Después de la preparación del champagne, que ha durado de 3 a 5 años por lo menos y llegado, a su punto de mayor perfección, entonces puede consumirse inmediatamente o mejor, después de unas semanas de cada transporte. el champagne mantendrá largo tiempo sus condiciones y cualidades, sin embargo, no debe conservarse más aHá de 10 a 12 años pues se correría el riesgo de verl e colorear, perder su espuma y tomar ese gusto a rancio, parti– cular en el vino viejo, que no es apreciado por todos. Para abrir la botella debe procederse con sumo cui– dado, tratando de evitar todo tipo de violencia y ayu– dándos de pinzas especiales si es necesario, teniendo Ja botella ligeramente inclinada, sin ruido al retirarse el corcho y sin pérdida de espuma, asegurándose que no tiene ningún mal olor, después de limpiar con un cristal el cuello de la botella. La temperatura ideal para servir el champagne es de 6 a 89, más fr ío (es un error que se comete a menudo) pierde todo su sabor, más cal iente se altera y su espuma no se conserva. Las copas para servir el champagne deben ser de cristal, fin as y elegantes del tipo fl auta o tulipa, am– plias y profundas y no anchas, con el objeto de fa– cilitar la concentración de burbujas, aroma y aumen– tar el placer de la degustación, evitando tapar la etique– ta en el momento de servirlo, como si se tuviera ver– güenza del nombre que lleva y dejando verter el vino lentamente sobre la parte interna de Ja copa, hasta me– dia altura, colocando la misma en una posición ligera– mente inclinada. Es preferible llenarla poco y más fre– cuentemente. Almacenado en buenas condiciones 1

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