1931 El Arte del Cocktelero Europeo (cuarta edicion) by Ignacio Domenech

Is^nacio Doménech '

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Sumen ustedes a estas fórmulas las cincuenta más que existen para otros tantos cocktails de Ginebra, las quince de coc^fai/s de ron, las doce de cocktails de coñac, las diez y ocho de coclitaila de whisky, las treinta y cuatro de cocktails variados, y podrán fórmense idea del repertorio ofi cial de un bar de salón, repertorio al que cada una de las amigas de la señora puede añadir las fórmulas de creación personeJ más recomendadas por la experiencia. El /fue o'dock cocktail tiene de bueno que a la segunda ronda de ilu- cifers» o de arayos» ninguna dama conserva ya discernimiento suficiente para manejar con provecho las armas de la maledicencia, y aun menos las flechas de la ironía... A la segunda ronda de (rluciferss o de «rayos», nadie sabe ya fingir ni mentir, y caen las caretas, y más de una gran se ñora deja al descubierto la verdulera que lleva dentro... Pero el jive o'clock cocktail tiene de malo que impone a las mujeres del buen mundo la borrachera elegante obligatoria... Y en tanto que el señor se templa ante el alto mostrador del Bar de iOpera o del Jockey, la señora se incendia en su propia casa, en la casa de una amiga o en el club femenino dotado de más hábil barman... De tal modo, a la hora de la cena, los esposos tienen que hacer grandes esfuerzos para conservar el equi librio y una apariencia de dignidad ante sus hijos, si los tienen, y ante sus criados... [Y no quieran ustedes pensar lo que será la futura generación nacida de estas uniones a base de cocktail/... Hemos padecido el black-bottom, el shimmy y el chárleston; hemos pa decido el jazz-band y el canto de la sierra; hemos padecido la invasión ne gra y la tiranía de Josefina Baker ; hemos padecido la guerra y diez y nue ve epidemias de grippe... Y, sin embargo, sobrevivimos... Pero si el fioa o'clock cocktail prospera y adquiere definitivo arraigo en las costumbres femeninas, la humanidad, dentro de veinte años, no sera sino el desecho abandonado a la locura y al crimen por la terrible ley do herencia... Max Blay

En los bares parisinos no han querido ser menos en extravagancias ds cocina, que también se ha comunicado en el arte del «Barmani, que han lanzado dos nuevas bebidas, o, mejor dicho, dos nuevas mezclas detorutn- tes, que llevan los nombres: el «tango-cocktail» y la «machicha-cocktail». Loa alegres concurrentes a estos modernos establecimientos suelen salir bailando los pasos más extraordinarios y difíciles, porque el «bar», por elegante y lujoso que sea, siempre resultará una taberna donde la gente se emborracha concienzudamente. Es posible que ¡as nuevas mezclas obren el milagro de enseñar a los «concurdáneos» los «costes», «sentadas» y «me-

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