1948 El Arte del Cantinero (Mixellany)

cia de Agni —dios del fuego de la trinidad védica— oculto en los avam; cuando por el frotamiento de los pedazos de ma- dera» lograron producirlo —el fuego—; cuando lo deposita- ba sobre la hierba seca y sobre los haces del altar» dábale la unción de la manteca» alimentábale de licores espirituosos y de pasteles sagrados» le veía lanzando llamas hacia el cielo y dominando la naturaleza, o revelando los poemas de todos los objetos sumergidos en la noche, entonces las reflexiones acu- dían en tropel a su inteligencia —a la inteligencia del hom- bre— conmovían su alma y obligábanle a prorrumpir en ac- ciones de gracias y cantos de alegría". ¡Siempre, siempre» los licores y los vinos apareciendo en todos los actos del hombre! Los vinos y los licores han sido los inspiradores de todas las grandes ideas» los forjadores de todas las religiones» los creadores de todas las filosofías» la chispa que ha provocado la luz, la poesía, las ciencias» las artes. Lo que ha inspirado al hombre» lo que lo ha orientado, lo que lo ha hecho soñar» reír» gozar» expresar al exterior sus sentimientos nobles» ge- nerosos» humanos. Los vinos y los licores hacen a los hombres inmortales, igualándolos al mismo Dios. LAS VIRTUDES DE LOS VINOS La bebida natural del hombre y de los animales, es el agua fresca natural» aunque Bacón aconseja tomarla templa- da en todas las estaciones. El agua» dice el antropólogo Valera de Montes: "es la so- la propicia a la digestión» a la humectación que precisa la mo- lécula viva; la sola capaz de disolver la parte más animaliza- da» la que templa el ardor de las estaciones y el calor abra- sador que a veces devora al organismo. Y si es natural del hombre apagar su sed con el "líqui- do cristalino y puro que de sí brota la tierra y en sus entra- ñas recoge y elabora", como dice Várela de Montes, no es menos cierto que el agua mezclada con el vino —creación del hombre— y con los jugos y ácidos obtenidos del limón» la naranja y otras frutas, hace unas bebidas muy refrigeran- tes y útiles en los climas templados y ardorosos y en las es- taciones calientes. La industriosidad del hombre cieó» para dotar su existen- cia de nuevos elementos de vida, las bebidas fermentadas en gran número y en calidad, de acuerdo con su medio y con su clima. "El Vino —dice Várela de Montes— preside por su antigüedad» sus virtudes y sus sápidas cualidades, todos los Digitised by Jared M Brown & Anistatia Mill r, 2009

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