1948 El Arte del Cantinero (Mixellany)

Quienes hayan leído la historia de los pueblos antiguos,, saben que el llamado alcoholismo, no es de hoy» sino que vie- ne ya desde los tiempos más remotos; conocen, también» que el consumo de vinos y licores ha estado prohibido en muchas formas por aquellos pueblos; pero no desconocen» a pesar de aquellas prescripciones y contra aquellos castigos cruentos —como la pena de muerte que se impusiera por unos o los otros legisladores o gobernantes —que el consumo de los vi- nos y licores ha persistido a través de todas las edades y contra la oposición de todos los tiempos. Es más» podemos afirmar sin temor a equivocarnos» que los vinos y licores son tan antiguos como la propia historia del hombre. Y que los mismos, ayer, hoy» mañana y siem- pre (digan y piensen como quieran los llamados abstenios), son mi factor del progreso y de la evolución social. En su obra "La Sociología d'apres FEtnographíe", dice Letorneau, corroborando cuanto decimos: "Pocas tribus hay que no usen bebidas tóxicas o narcóticas". Pero» ¿qué espíritu maligno, qué perverso poder ultrate- rreno» superhumano ha inducido a los hombres de ésas tribus primitivas a elaborar y a fabricar esas bebidas tóxicas o nar- cóticas» llámense vinos o licores, y a que persistan a través de todas las civilizaciones y de todas las culturas que ha vivi- do la humanidad» a pesar de todas las prohibiciones y perse- cuciones que se han opuesto a su existencia y supervivencia? Claramente nos lo dice un hombre de ciencia» un inves- tigador de verdad de los fenómenos o leyes sociales natura- les» el sociólogo Pranklin B. Giddings» en su obra "Principios de Sociología 1 '» cuando se dedicó a estudiar estos hechos so- ciales: "Por deplorables que sean las consecuencias del jue- go y de la embriaguez, el observador científico veraz no pue- de menos que admitir que en los primitivos estados del desen- volvimiento social» estos vicios han desempeñado una útil función» y que tal es evidente, la explicación de su presisten- cia social". "Además —dice el mismo sociólogo F. E, Giddings en la obra citada— entre los hombres rudos» las bebidas tóxicas y narcóticas han constribuido indiscutiblemente a convertir la función fisiológica de la comida en una función social de fies- ta. En toda tribu salvaje y bárbara que ha aprendido a be- ber o fumar» la fiesta es el más común de los placeres so- ciales» y es un fuerte lazo social". Nada hay en la vida social del hombre, que sobresalga de su vida ordinaria» desde los tiempos más remotos» como los vinos y los licores: el nacimiento de un vastago, el cumple- años de un miembro de la familia» el matrimonio de un hijo» una fiesta patriótica cualquiera» un triunfo: político, social,

Digitised by Jared M Brown & Anistatia Miller, 2009

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