1948 El Arte del Cantinero (Mixellany)
algún tiempo para conocer qué hay en el grano o en el al- cohol que origina esa sensación posterior de toda fiesta orgíaca. ¿No es una reflexión desfavorable y poco halagüeña de la naturaleza humana» que por siglos han aceptado eso como una cosa natural y normal, sin investigar la causa que origi- na esos trastornos y sin tratar de averiguarlos? Se supone, sin embargo, que existen hombres de ciencia verdaderos y de inclinaciones inquisitivas, que no estiman que pierden tiempo alguno dedicados a averiguar hasta las cosas más ni- mias que el vulgo considera indignas de su atención. Mi inquietud curiosa —que por lo menos tiene una yar- da de lojigitud— cuando se encuentra con algo que todo el mundo acepta sin discusión y a la cual nadie se preocupa de buscar una respuesta razonable y justa, que satisfaga las ansias de cuantos anhelan encontrar el por qué de muchas de las cosas que suceden —yo soy demasiado impaciente pa- ra esperar a que Ripley me dé a conocer las cosas en su "Créalo o no lo Crea"— me haría morir si esperara, y así» en vez de quedarme quieto a que me enseñen lo que los de- más conocen» me pongo a investigar y a realizar experimen- tos para conocer especialmente, cuando la observación que ha- cemos a diario nos indica que los hallazgos que hagamos serán de gran valor para la mayor parte de mis semejantes. Así, en junio de 1935» empecé a preparar los planes para realizar un raro experimento. Una gran cantidad de traba- jos preliminares y la aplicación de los planes más mínimos, para llevar adelante el proyecto que me había propuesto» fue indispensable. Pues, jamás se habían realizado experimentos en seres normales, para encontrar las causas que motivaban nuestra investigación. No hemos podido» hasta el mes de oc- tubre del año siguiente, a pesar de nuestra intensa dedicación» estar listos para realizar las pruebas en los sujetos humanos que necesitábamos emplear. Cerca de 6,000 cuestionarios, tenía preparados en blanco para llenar. En esos cuestionarios» teníamos presente las di- versas y múltiples funciones cerebrales» los estados tempera- mentales y las funciones musculares de cada uno de los hom- bres en que habíamos de estudiar. Tenía que preparar y adaptar los instrumentos que colo- caba a esos hombres para que registraran» durante el sueño» todos sus movimientos fisiológicos. Todas las piuebas tenía que tenerlas resueltas, por adelantado, para adquirir el dato» a fin de evitar errores y complicaciones» e impedir la confusión de las diferencias que pudiera haber de un día a otro» y de una a otra hora. Todo esto y mucho más había de ser cui- dadosamente resuelto por mis auxiliares y por mí por adelan- tado» antes de decidirnos a continuar adelante en nuestras
Digitised by Jared M Brown & Anistatia Miller, 2009
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