1948 El Arte del Cantinero (Mixellany)
experimentación, y de no haber tomado el whisky que toma- ron con la medida que lo tomaron» esto es, que hubieran be- bido sin discreción, los efectos de los congéneres del whisky de mejor calidad» hubieran sido más señalados. Ahora, ya nosotros sabemos algunas cosas sobre los re- sultados en los seres humanos» de los efectos que les produ- cen los congéneres del alcohol en los diversos whiskies que beben, y no debe de haber excusa para no tomar los whiskies en las mismas condiciones que nosotros hemos hecho los ex- perimentos. Creemos que todos cuantos beban whiskies, de- ben hacerlo para su bien, en las mismas formas que aconsejan estos experimentos. LA GINEBRA Unos años antes de la Era Cristiana, el cultivo de una planta llamada CORIANDER, fue introducida en China por el Empeíador Wu-Ti, pero no fue hasta fines del siglo XVI, que alguien tuvo la sagacidad de combinar las semillas de esta planta con JUNIPER BERRIES —Junípero en español— y raíces de Angélica y destilarlas con alcohol» dando como re- sultado el líquido conocido por ginebra. Hace más de trescientos años, uno de los Luises —Rey de Francia— después de una suculenta comida, propia de un nuevo Heliogábalo» se sintió atacado por un agudo y grave dolor de vientre. Llamó en su auxilio a todos los médicos que rodeaban a la corte para que dictaminasen la enferme- dad que padecía y la manera de curarlo, y les pidió, todo asus- tado, un remedio que prontamente aliviase sus cruentos do- lores. Los médicos» sorprendidos, no sabían qué hacer ni có- mo curar a su señor. Pero el Conde Morret, hijo del Rey, aficionado a la quí- mica» como era costumbre en aquellos tiempos entre todas las personas dadas a los estudios, con el fin de encontrar el misterio que perseguían los alquimistas, de fabricar o crear el oro» que denominaban la piedra filosofal» recordó que él po- dría encontrar el remedio que necesitaba su padre, para cu- rar su dolencia, entre las muchas preparaciones que su alqui- mia había ideado» y se dio a buscar o en hacer un preparado especial con sus retortas y alambiques o laboratorios. En aquellos tiempos los vinateros franceses, ya usaban, para dar cierto bouquet a los vinos secos de la región de An- jou, la fruta del enebro. Parece que el Príncipe conocía esa clase de preparación, y sin duda alguna, sus efectos terapéu- ticos, y ni corto ni perezoso, cogió una cantidad de esa clase de vino y lo mezcló con otra cantidad de alcohol puro fer- mentado» que parece poseía en su laboratorio, creando de esa manera impremeditada, el primer Cotel "Martini" que se co-
Digitised by Jared M Brown & Anistatia Miller, 2009
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