1948 El Arte del Cantinero (Mixellany)
en la misma dirección alrededor del rodrigón dejando cuatro pulgadas o cuatro y media de intervalo entre cada vuelta de la espiral. Los plantones colocados de este modo» se sujetan con una lazada cada uno. También se atan después los dos vastagos superiores y se detiene su desarrollo cuando son grandes. En este año se recoge ya algún fruto. Hasta el quinto año no se forman las pirámides» y entonces se les da una forma cuadrada, triangular, pentagonal o exagonal; la redonda» que carece de ángulos salientes tiene menos inconve- nientes que las demás. Se podan nuevamente los dos vasta- gos superiores y con ellos se .continúa la espiral siempre en la misma dirección". Este sistema de cultivo continúa así hasta el noveno o décimo año, que llega la cepa a su comple- to desarrollo y madurez, produciendo cantidades enormes de mosto. Dos mil pirámides de esta clase dan más de seis mil cántaros al año de buen vino. La mejor uva es la que contiene más glucosa o azúcar y la que únicamente produce vinos de precio y estimación. La uva tinta se mezcla con frecuencia con la blanca. La primera debe de ocupar las tres cuartas partes de la viña por- que es la que proporciona mayor cantidad de materia colo- rante» la más susceptible de fermentación y la que más de- tiene la espirituosa sensible; cuando este movimiento se pro- longa el vino no llega tan pronto a la fermentación acida. La uva blanca da al vino un gusto especial y delicado. PODA DE LA VID Y MANERA DE ABONARLA De todas las operaciones que contribuyen a la prosperi- dad de la vid» la más importante, es la poda. A ella se procede desde el momento mismo en que se planta el sarmiento» pues en el acto de plantarla, ya se le corta la guía o banderilla a dos yemas sobre la superficie. El impulso portentoso de la linfa o savia de la vid, es de tal naturaleza, que cuando se vierte en lloros supera cinco ve- ces a la fuerza de la sangre en la gran arteria cruzal de un caballo. El origen de la poda de la vid, lo relata así un celebérri- mo escritor griego, que en estos momentos no recordamos su nombre: Un asno se comió todas las ramas frescas de varias vides. El dueño de esas vides pleiteó con el propietario del as- no exigiéndole indemnización» quien se la tuvo que pagar. Y al año siguiente» el propietario del viñedo notó que las vides que se había comido el asno» dieron más racimos que las que no habían sido tocadas. Y al año siguiente, como prueba» po- dó algunas vides, comprobando otra vez, que la poda era efi- caz y que el asno le había dado una grande lección de vinicul-
Digitised by Jared M Brown & Anistatia Miller, 2009
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