1948 El Arte del Cantinero (Mixellany)
personalizados de manera tan singular y destacada. Los pri- meros efectos del Vino son la alegría, el buen humor, el bai- le» el canto. Los efectos postreros, cuando se bebe más de lo debido» es desatar la ira, el odio» la pasión, provocar el dolor. Y sus conquistas es Ja extensión de la vid por el mundo, has- ta invadir todos los países y asentarse en ellos. La leyenda más destacada de Dionisos, pasó de Beocia al Ática. Las ciudades de Eleuteras e Icaris» disputábanse el ho- nor de haber dado hospitalidad a ese dios y haber recibido del mismo, como homenaje, sus dones. Considérase a Icaris» co- mo la ciudad que posiblemente haya dedicado con anteriori- dad a la otra, el culto del dios tebano. La leyenda dice que Dionisos en uno de sus viajes, se detuvo en Icaria y fue bien acogido por el rey Icarios, Al partir el dios» recompensó a su huésped por la hospitalidad que le dispensó, con una cepa de vid y le enseñó a elaborar el vino. Cuando llegó la vendimia Icarios dio participación a los ciudadanos de su reino, de los beneficios que el dios le dispensó» y recorriendo sus tierras con odres llenos de vino, les díó a beber el mismo a los campesi- nos» quienes inmoderadamente lo tomaron; considerándose por ello envenenados, mataron al rey Icarios. Erigona» su hi- ja, buscó a su padre inútilmente» y acabó por ahorcarse de un árbol. En Atenas, en los tiempos más gloriosos de su civiliza- ción» se celebraban grandes fiestas dionisiacas» con pompas magníficas, representaciones teatrales y grandes concursos, y en las campiñas se celebraban fiestas también» al mismo dios, de carácter más modesto que se llamaban las pequeñas dio- nisiacas. Estas fiestas se consideran como las que mejor han conservado el culto de Dionisos. El teatro nació y se desarro- lló a la sombra de la religión de ese dios y fue su inspiración durante mucho tiempo. Su recuerdo se manifiesta siempre en la Tragedia y la Comedia, y sobre todo en el Drama lírico. Los atenienses que acudían a esas fiestas, podían decir con razón» que tan excelentes obras que admiraban eran dignas del dios que había despertado en los hombres toda clase de aventuras ideales y desarrollado los sentimientos heroicos» ele- vando el espíritu por arriba de la vida material para trans- portarlo al mundo superior por medio de aquellos espectáculos. Cada país que se dedicó después al cultivo de la vid, re- cibía con ésta el culto de Dionisos, sin grandes alteraciones, pero al mismo agregaban algunas variantes propias de las regiones y de la psicología de ellos. La isla de Chíos, pro- ducía en la antigüedad y aún produce hoy, un excelente vino, el mejor de toda la Grecia; observaron los habitantes de esa región que en la época de la vendimia se producían cieitos fenómenos meteorológicos. Desde medía noche se veía en el Cielo la constelación de Orion. Ahí nació la fábula de que el gigante Orion embriagó a Oenopión, hijo de Dionisos y de Digitised by Jared M Brown & Anistatia Miller, 2009
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