1948 El Arte del Cantinero (Mixellany)
tiene. Cura los catarros y la bronquitis, porque limpia. Cura el mal del hígado, porque lo descongestiona de venenos. Cu- ra la anemia por su riqueza en sales químicas. Cura la in- apetencia, porque es estimulante de las glándulas digestivas, especialmente de las del estómago. Cura los tumores» por- que quema la podre. Cura los dolores de cabeza y jaquecas, porque despeja de malos humores la sangre del cerebro. Las naranjas curan el mareo» porque centran el estómago. Cu- ran el reumatismo y la ciática, porque destruyen el ácido úri- co. Curan el tifus y las fiebres altas, porque son oxidantes y febrífugas. Curan las anginas y la difteria, porque desinfla- man la garganta. Curan la tuberculosis, porque desintoxican el organismo. Curan la piorrea» porque desinfectan la boca y la sangre. Curan la anemia y el eserofulismo» porque des- truyen los malos humores de la sangre. Curan el insomnio» porque despejan los nervios. Curan las arenillas y los cálcu- los, porque son oxidantes y diuréticas. Curan el asma y la tos, porque desinfectan los bronquios y el pecho. Su zumo, tomado en grandes cantidades, destruye la grasa o la obesi- dad. Calma los nervios. Regulariza el ritmo cardíaco. Des- peja el cerebro. Suprime la tos. Las naranjas, son el mejor depurativo. Embellecen el cutis. En fin» inmunizan contra los contagios. LAS VIRTUDES DEL LIMÓN El limón, el tan conocido y tan calumniado limón, ha si- do incorporado definitivamente a la terapéutica moderna» gra- cias a la vitamina que contiene y a sus propiedades antisép- ticas. Bien es cierto que muchas mujeres» usan y abusan del limón» transformándolo de agente curativo o tónico, en un verdadero enemigo de la salud. Nos referimos a las que lo utilizan para regímenes de adelgazamiento, tomándolo en do- sis desmesuradas. La ciencia ha reconocido al limón virtudes curativas es- pecíficas para la gota, especialmente, la que padecen esas personas sumamente ocupadas» que trabajan activamente, conceden al ejercicio físico sólo fugaces momentos de ocio y comen en abundancia carne y verduras y beben vinos y lico- res en cantidad. El tratamiento habitual de esta dolencia consiste en reemplazar la botella del vino por la de agua mineral y su- primir la carne del menú. El alivio es casi inmediato, el do- lor se calma, las remisiones son más o menos largas; pero, de pronto, un acceso inesperado y agudo en los dedos de los pies recuerdan la existencia de la enfermedad. Hace unas veinte años, estuvo de gran moda la cura por el limón. No se concebía ningún régimen curativo sin el agre- gado del jugo de esa fruta. La moda se debió a las afirma- — 20(5 —
Digitised by Jar d M Brown & Anistatia Miller, 2009
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