1878 Manual del Cafetero by Figuier y Quentin (2nd edition)

— 101 — se siga, debe estar siempre tostado de una manera uni forme. Se dirá que está en su punto de torrefacción más conveniente cuando ha tomado un hermoso color castaño oscuro ; se retira entonces de la tostadera, se echa en un Harnero ó criba, si puede ser, en una cor riente de aire para separar la pehcula que se ha des prendido por la torrefacción.Se deja enfriar, extendién dolojcribándolo por intérvalos, y se guarda en una caja herméticamente tapada que setendrá al abrigo del calor y de la humedad. Se conserva muy bien en bo tellas herméticamente tapadas. No se molerá el café sino en el momento de servirlo, rfl Sólo la práctica puede dar el acierto necesario para la buenatorrefacción de este grano,siendo necesario para conseguirlo el que las semillas no pasen nunca del color indicado, aumenten un tercio de su tamaño y pierdan al mismo tiempo el 16 por 100 de su peso. Tos tándolo más,no sólo pierde una gran parte de su aro- naa, sino que se desarrolla en él un olor desagradable, resultante de la combustión de las sustancias azoadas que contiene. Los verdaderos aficionados á esta bebida están en contradicción sobre si es mejor tostar las semillas en una tostadera, ó en una cazuela ó sartén: fúndanse los primeros en que la torrefacción se hace más igual, y objetan los otros que en la cazuela ó sartén se evita la evaporación del aceite esencial que constituye el aro ma del café, por medio de la frescura delaire. En esto.

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