1928 Cocktails by Pedro Chicote

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PEDRO CHICOTE

cencia y grandiosidad ' escapa a toda ponderación. En Europa y para el servicio al público no hay bar qu~ · se le pueda comparar, ni aun los de los más grandes hoteles de París y Londres. Daban servicio a este gigantesco bar seis competentes y activos baimans, acompañados de sus correspon= dientes ayudantes, sólo para el servicio del mos= · trador, que para las. mesas y demás servicios ha= bía un nutridísimo ejército de camareros. En este Club se bebía de todas clases de vinos y licÓres dG los más selectos y legítimos. En una mesa, al pasar, .vi en un cubo de champagne unas botellas de Piper; mi s allá, en otras, vi el «fino La lna», de Domecq, y el «fino Viña A. B.», de González Byass; sobre el mostrador lucían sus colores de oro viejo las etiquetas de Osborne y las blancas' y simpáticas de Ga rvey. Allí saludé al «Tío Pepe», me topé unos chatos con «Fino Coquinero», encontré más respetuoso Y señor al «Duque de Alba», de Garvey, y· más al e= gre y simpática a la «Manzanilla Clásica», y bro= mista y decidor a «Carta Blanca», y suave· y aro= mático al «Amontillado El Cid»; en fin," allí estaba toda la gran familia de la región andaluza, que t an alto y prestigiosamente mantiene el nombre de España, haciendo, al mismo tiemp6, pasar a los americanos los momentos más agradables de su vida y que estimen a nue~tra querida patria con admiración y respeto. Viendo las bo·degas de este Club, se asombra uno de lo verdaderamente bien organizado que tien en