1948 El Arte del Cantinero (Mixellany)
Y la sentencia griega, que después pasó a latina y por úl- timo, se trocó en universal» dice así: "En oina aletheia, in vino verítas": la verdad reside en el vino. Jesús convirtió el vino en su sangre. Y en los ritos de la Iglesia» cuando oficia el sacerdote toma el vino por la san- gre del redentor del hombre. TERAPÉUTICA DEL VINO El doctor Fagón, famoso médico francés, médico de ca- becera del rey Luis XIV, conocido también por el nombre de el "Rey Sol", dio a conocer a su regio cliente:: "Vuestra Ma- jestad debe beber vino» no sólo porque ayuda a la digestión de los alimentos por el estómago, sino porque al distribuirse en unión de ellos por todas las paites del cuerpo, se convier- te en sangre de excelente calidad, sin riesgo de producir nin- guna enfermedad". Asclepíades, famoso médico griego, que combatió las doc- trinas de Hipócrates y que vivió por los años 124-96 a. de J. C. habíanos así: "el vino, por su utilidad, tiene un poder ca- si igual al de los dioses". E Hipócrates» oponente de Asclepíades, juzga al vino de esta forma: "El vino es cosa admirablemente apropiada al hombre, tanto en el estado de salud, como en el de enfer- medad, si se le administra oportunamente y con justa medi- da, según la constitución individual". "Los enemigos del vino son los que no lo conocen", ex- clamó el doctor Sellier, cuando oyó a personas que lo com- batían. Y el genial médico Pasteur, lo juzgó así: "El vino es la más sana e higiénica de todas las bebidas". Galeno, Areteo de Capadocia y Esculapio, médicos» tam- bién» de la Grecia clásica, y tan celebrados, que sus nombres todavía viven hoy en las mentes cultas» ya prescribían en su tiempo el vino tinto para las afecciones pulmonares. En nuestros tiempos se recomienda el vino por los médi- cos que conocen su terapéutica, para curar la gripe, la aste- nia, la bronquitis, los enfriamientos, lo incontinencia intesti- nal y otras numerosas infermedades. Los doctores Mercandier y Sabrazés, corroboraron la tesis que para la curación de numerosas enfermedades sostenían los doctores alemanes Froenkel y Kaufmann, por el poder an- titóxico que tiene el vino con su alcohol, el tanino, el éter, la glicerina, el ácido sulfuroso» etc.
Digitised by Jared M Brown & Anistatia Miller, 2009
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