1948 El Arte del Cantinero (Mixellany)

pueden conseguir los genios especializados en esa clase de co- nocimientos. Cuando el cognac es embotellado, está listo para ser lle- vado a la mesa y goce de sus delicias el que los consume y sabe gustar. ¡Qué regalo para los buenos catadores del cognac» disfru- tar de una copa de ese elíxir delicado durante aquellos días de la prohibición en que se veían obligados a tomar whisky y gi- nebra de calidad inferior! ¡Y qué bendición —dijo un norte- americano admirador del buen cognac— poder tomarlo al fin» sin la penalidad de tener que tomar un licor malo! El cognac, —el cognac de calidad— no posee los efectos dañinos de los otros licores. La destilación de la uva no ofre- ce más que salud. Fortifica y reconstruye el sistema nervio- so. Se emplea mucho en la medicina como un alimento capaz de producir energía en una particular forma fácil al cuerpo. Usando las palabras del antiguo autor Arnaldo de Villa- nueva, diremos con él: el cognac es "el agua dorada que pro- longa la vida y que merece el nombre de "Agua de la Vida". ALIMENTA Y REFRESCA.— El cognac puede ser tomado para seducir el paladar y exaltar el espíritu, con la certeza de que, lejos de debilitar y de estimular el abuso, está supliendo la energía que con el tra- bajo se desgasta y fortaleciendo su cuerpo con alimentos con- centrados. Consumiendo cognac con medida» se ayuda al or- ganismo humano a mantener un alto grado de eficiencia fí- sica y mental. UN LICOR DE LÍDERES.— El cognac ha sido siempre un licor de los combatientes en el mar y en la tierra. Y» si se llegara a estudiar concienzuda- mente su papel en la historia de los hombres y de los pueblos, sin duda alguna encontraríamos en él la chispa generadora e inspiradora de las más grandes batallas que decidieron la suerte de los pueblos modernos. La supremacía militar de los franceses, hasta ha poco, y el comando de los mares por los ingleses, se suponen originarios de que, los ^generales y almirantes que dirigieron las batallas que les (lió esa supre- macía, eran grandes consumidores de cognac, por considerar esta bebida» como el licor de los lores, que equivale a decir de los hombres escogidos. Holanda, nación bebedora de cog- nac, peleó varios siglos con éxito contra sus poderosos veci- nos, bajo el mando de sus jefe De Ruyter y Van Tromp, gran- des devotos del cognac. Digitised by J red M Brown & Anistatia Miller, 2009

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