1948 El Arte del Cantinero (Mixellany)
la característica del whisky que se producía desde hacía mu- cho años en la antigua destilería. Afirmamos que no existen dos muestras de whisky esco- cés que sen enteramente iguales. Aunque la destilación del whisky escocés es una industria antigua, como hemos demostrado, y la forma del alambique ha sido conservada por muchos años, casi sin variación» se han llevado a cabo grandes adelantos en el sistema de elabo- ración y en la instalación de maquinaria moderna. La combinación de aire puro y la temperatura adecuada con agua pura y cristalina de manantial, cebada de calidad superior y fuego de turba fragante, .garantizan la producción del aguardiente legítimo, y es para conseguir esas condicio- nes que tantas de las más ^afamadas destilerías han sido mon- tadas en esos alrededores, que por su insuperable paisaje y sus bellezas admirables» conserva en las canciones románticas populares» los más gratos recuerdos a cuantos viven en esas zonas. El agua pura de esa región, es, indudablemente» uno de los motivos por los cuales el whisky escocés adquirió tal calidad, dicen los técnicos elaboradores de ese whisky. La cebada con que se elabora el w r hisky escocés, cosé- chase en las provincias septentrionales y se afirma que toda la cebada que se recoge en esos lugares, es destinada a la destilación. La cebada se traslada por ferrocarril a las destilerías. De- positada en las salas de recepción, es trasladada a las máqui- nas de limpieza, que la deja libre de polvo y materias extra- ñas, para después conducirla al almacén en lugar alto. De este lugar la cebada es llevada mecánicamente a las cubas de maceración, donde se principia el maltaje dejando la cebada en remojo en agua pura fría, el tiempo indispensable para ablandarla perfectamente. Después» se conduce a los almacenes de preparación donde tiene lugar la germinación; esta última es regulada removiendo el grano con palas de ma- dera y cuidando de mantener una temperatura conveniente. Lograda la suficiente germinación, que se consigue a los doce o catorce días, la malta verde, como entonces se le lla- ma» se eleva al horno. El fondo del horno está formado por una malla de alambre, a fin de que todo el calor y el humo del fuego obtenido por la turba» colocado debajo» puedan pasar en su ascensión por la cebada malteada, impregnándose de ellos» necesitándose tres o cuatro días para secarla perfectamente» motivo por el cual el whisky escocés tiene ese característico sabor a turba. Tostada o seca la malta» se traslada a una batería de ar- cas» donde se deja cinco o seis semanas para que madure an-
Digitised by Jare M Brown & Anistatia Miller, 2009
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