1948 El Arte del Cantinero (Mixellany)
la poda, dejándoles un trozo de madera del último brote de una pulgada de largo. "Plántanse a líneas o entre liños —dice don Nicolás Ma- ría Serrano— cuando el terreno no tiene una pendiente rá- pida, y en círculo, cuando hay mucho declive. Cada cepa se pone a once pies de la inmediata» y entre cada hilera se deja un intervalo o liño de cinco pies. Las cepas se colocan de mo- do que no estén unas encima de otras, pues como quiera que las plantaciones hechas de mugrón dañan las raíces de las cepas nuevas, es mejor recurrir a los sarmientos cortados y puestos en tierra fresca» los cuales se trasplantan fácilmente cuando han echado raíces. Es preciso tener muy presente, que no debe dejarse en el extremo inferior del barbado ningún pedazo de madera del año anterior sobre el cual haya crecido; que debe ponerse tendido y acodado y en el terreno más rico y fértil» dejando enterradas de cinco a seis yemas y dos o tres en la parte anterior. Una viña plantada de cabezudos sar- mientos sin raíces» vive mucho tiempo y es más fecunda; la que proviene de barbados, crece más pronto. El primer méto- do, es conveniente para el que sabe sacrificar el presente al porvenir; el segundo, para el que quiere productos pronto. El último suele arruinar sus viñas» mientras que el primero, atento al porvenir, renueva sus cepas al cabo de cuarenta años por medio de un grano de simiente. Esta generación con- serva a la vid las cualidades que le hace perder la renovación por barbados, procura excelentes cosechas y da al Vino un aroma agradable. De sarmientos debe plantarse mayor núme- ro del que se necesita; la abundancia de los brotes permite es- coger los mejores y más fuertes. Antes de enterrarlos, se abren y de un cabo a otro de la viña, zanjas cuya anchura y profundidad se proporcionan a la inclinación y a la calidad del suelo. Cuanto más ingrato sea éste» tanto más anchas y más hondas deben ser aquellas zanjas. En unas partes es ne- cesaria una zanja de dos pies de profundidad y pie y medio de anchura; en otras, si es buena la tierra» bastan pie y medio de anchura y uno de profundidad, porque en estos casos las raíces no necesitan esforzarse para hallar alimento. Al colo- car el sarmiento en el hoyo, debe tenerse cuidado de desmenu- zar la tierra con que se cubran sus raíces» así como echar en el fondo de él» la tierra vegetal que estaba en la superficie» porque la inferior que no se ha aprovechado del abono, solo podría proporcionar a la cepa un alimento muy débil. El sar- miento del año es poco a propósito para la plantación; el de dos, es preferible» y para plantarle debe escogerse el momento on que la tierra no esté demasiado húmeda. En las rocas pe- ladas, donde hay que abrir agujeros con una barra, conviene depositar en lo hondo de ellas, cenizas amasadas con agua» las cuales dando ^a la tierra frescura» impedirán que los vien- tos secos y el calor resequen la poca tierra que encuentran. Algunos cultivadores» con el objeto de aumentar el producto Digitised by Jared M Br wn & Anistatia Miller, 2009
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