1948 El Arte del Cantinero (Mixellany)

ignoran» no ya el perjuicio que se hacen, sino que en los li- bros, en el cine, y en el teatro, pueden encontrar la distrac- ción gratísima que necesitan en las horas de reposo y de des- canso para restaurar sus fuerzas físicas y espirituales. Debe de perseguirse» sí, la adulteración de los vinos y los licores que se realiza en todos los lugares, sin ética comer- cial, sin piedad, inhumanamente; que esos vinos y licores fal- sificados, son los que dañan de verdad, la naturaleza huma- na. Debe de encarcelarse sin consideración de ninguna clase» a cuantos dueños de bares» cantinas y tabernas, sin moral nin- guna, con vinos y licores inferiores lellenan las botellas de marcas acreditadas y de calidad, para engañar a los clientes y explotarlos de una manera despiadada. Esas medidas toma- das con rectitud y energía» sin contemplaciones ni debilida- des, son suficientes para exterminar el alcoholismo en todas sus formas y manifestaciones. Y si se recomienda con cons- tancia e insistencia que se beba con moderación y nada más que lo que el organismo humano necesita para gozar de bie- nestar y disfrutar de una salud permanente, se suprimen de una manera definitiva todos los alcoholismos. Las otras medidas que aconsejan los llamados abstenios y las distintas religiones, ya conocemos los resultados que dan: estimulación del contrabando, fomento de negocios su- cios y el envenenamiento del pueblo con alcoholes mortíferos como el que se extrae de la madera» El distinguido escritor Donald G. Cooley, persona muy estudiosa y experimentada en e-stas cuestiones, ha publicado un trabajo admirable, digno de toda ponderación y encomio, que transcribimos gustosos íntegramente» para enseñanza de cuantos frecuentan los bares y cantinas y asisten a buffetes» lunches y parties. "Es difícil reconocer —nos dice— la línea peligrosa» pa- sada la cual se levanta de la copa una invisible advertencia de peligro» y en cambio, es relativamente fácil saber que se ha pasado el límite. Cuando nos damos cuenta de las señales» siempre es demasiado tarde, y por ello el problema planteado consiste en saber dejar en el vaso el alcohol que nuestro or- ganismo ya no puede resistir. "La copa que no debe beberse —sigue diciéndonos— no es para todos los hombres la misma. Tengo un amigo neu- rasténico» que no puede soportar el alcohol; un solo cock-tail es suficiente para llevarle a la más completa inconsciencia. En cambio, otro, que se imagina bebedor moderado, toma ñor- Digitised by Jared M Brown & Anistatia Miller, 2009 ¿CUÁL ES LA CANTIDAD DE LICOR QUE SE PUEDE BEBER?

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