1948 El Arte del Cantinero (Mixellany)
€< Los alimentos grasos, como la mantequilla, por ejemplo, facilitan el paso del alcohol a través de nuestro sistema, con un mínimo de repercusiones. 'Segundo.—El método de la substitución. 'Tómese siempre un Mghbal!, en lugar de un cock-tail, y éste de preferencia a un vaso de licor puro. Cuanto más di- luido menos perjudicial es el alcohol» porque se absorbe más lentamente por las paredes del estómago y de los intestinos y llega menos brutalmente a la sangre. Por lo que respecta a la capacidad cúbica, los Mghballs llenan el estómago mu- cho más rápidamente que los cock-tails y el agua o la bebi- da espumosa ocupa un lugar, de otra manera quedaría libre para otras libaciones. "A medida que se bebe el contenido de un highball, pue- de completarse el nivel en la copa con un poco de sifón o de ginger-ale y poco a poco, lo que en un principio fue una be- bida alcohólica, se convierte en una inofensiva bebida gaseo- sa. Un par de cubos de hielo producirán el mismo resultado de llei^ar el vaso con una substancia inocua. "Quien bebe de pie tiene muchas menos piobabilidades de excederse que quien está cómodamente sentado en un si- llón. Una buena medida defensiva consiste, pues» en perma- necer de pie, y seguir así hasta que se observan los príme- IOS síntomas de la proximidad de la línea fronteriza. Otro ardid inteligente consiste en andar de un lado para otro, es- pecialmente por el aire libre. También resulta eficaz la co- pa encima de una mesa o un mueble y empezar una conver- sación con alguien que esté sentado al otro lado de la pieza. Siempre es más fácil beber demasiado si sostenemos la copa en la mano, que «si tenemos que andar diez pasos para tomar- la, y además es aceptable, ante la insistencia del anfitrión, decíile como la cosa más natural; "Mi copa es ésta, está llena todavía. Gracias". "Paradójicamente el sistema defensivo de emplear sub- terfugios falla siempre que no se apoya en un propósito fir- me. El hombre a quien su médico le ha prohibido beber y es- tá sometido a un régimen lácteo, y mezcla un chorro de gi- nebra a su vaso de leche, engaña a su esposa cuando ésta se dirige sonriente y confiada al refrigerador para buscar la le- che; pero se hace mucho más daño a sí mismo. Tampoco sir- ve de nada pretender limitarse a un solo highball, si éste se haya compuesto de tres generosas dosis de whisky y un po- quito de sifón. "Cuanto más viejo es un hombre, mayor cantidad de al- cohol puede absorber, siempre que no se haya excedido en su juventud. Al llegar al umbral de los sesenta, ha llegado al estado dipsomaníaco y un traguito de vez en cuando será — 228 —
Digitised by Jar d M Brown & Anistatia Miller, 2009
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