1948 El Arte del Cantinero (Mixellany)

El autor le explicó la clásica actitud francesa ante un buen aguardiente. Antes que nada debe calentarse la copa esbel- ta y fina con las palmas de las manos; el aguardiente sabe mejor a la temperatura del cuerpo humano. Después, el aro- ma de la bebida debe ser aspirado con fruición durante un ra- to. Luego la copa se pondrá al trasluz para regocijarse con el bellísimo color del brandy y su exquisita transparencia. Y por último, se colocará la copa sobre la mesa y se hablará de las cualidades del aguardiente. —¿Y después? •—-preguntó el banquero—. —El resto no me interesa —repuso desdeñosa- mente el francés, volviéndose a su mesa—. Tomamos de la página de "Diario de la Marina" —por considerarlo de interés para el buen catador y escanciador— dedicada al buen comer y al buen beber, que dirige nuestro buen amigo Salvador Gumbau, este canto a la degustación de los vinos, que es todo un poema rebosante de belleza y arte: "El vino se bebe con todos los sentidos. Con los ojos» con la nariz, con la boca que lo gusta» con el espíritu sobre el que canta una dulce melodía, con la garganta donde retinti- nea como un canto de órgano bajo las arcadas de una cate- dral gótica. "Mirémoslo de arriba a abajo. Mirémoslo a través del cristal de la copa que haremos girar dulcemente. Llevémos- lo a nuestros labios. Impregnemos nuestra boca y nuestro paladar con pequeños sorbos y enlacemos el encanto opera- do para que el canto radiante se eleve hasta nuestro cerebro arrebatado. "Los perfumes» los colores y los sonidos se correspon- de)!". La sensación del gusto también se extiende a todos los otios sentidos. Por eso, cuando se bebe no debe dejarse caer el vino en la garganta como el agua de un robinete en un re- cipiente. Es necesario impregnar la boca; solamente así, el vino lévela los sutiles matices de su alma. De otro modo es- conde sus adorables secretos y pasa altivo y silencioso delan- te de la incomprensión del bebedor. "El que sabe beber, se eleva hasta las más altas regiones. Él no ignora nada de la estética de la degustación. A peque- ños sorbos va penetrando y sondeando el fondo del espíritu del vino. Y bajo esas llamadas suavemente moduladas, el al- ma del vino aparece en todo su espiandor'\ CÓMO SE HAN DE BEBER LOS VINOS

Digitised by Jared M Brown & Anistatia Miller, 2009

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