1948 El Arte del Cantinero (Mixellany)

"Más tarde esta mezcla pasó de Europa a Norteamérica, donde verdaderamente alcanzó gran auge y popularidad, ha- ciendo mixturas exquisitas para todos los gustos y todos los paladares. "Al establecerse la Ley-Seca —dice el Cantinero León Pujol, de quien tomamos esta versión— los Barmans, se de- dicaron en su mayoría a otras actividades, por lo que así desaparecieron, y hoy podemos decir bien alto, que los verda- deros ases de este arte —que la coctelería es un verdadero ar- te como se demuestra en esta obra —los tenemos en Cuba, para deleite de los paladares refinados. ORIGEN DEL COCK-TAIL O COCTEL Sin quitarle ni ponerle nada, traducimos del inglés, el pre- sente estudio de Albert Stevens Crockett» de "Oíd Waldorf As- toria Bar Book". El cock-tail, ha sido conocido por mucho tiempo, como una bebida exclusivamente norteamericana, y a fe que los que así pensaron» no se han equivocado. Su nombre, su fórmu- la y su influencia, también han sido extendidos por norteame- ricanos por todos los rincones de la tierra, en sus viajes, o bien por ingleses, que se dirigían a las partes distantes de su extenso imperio, que conocieron alguna de esas fórmulas en los Bares norteamericanos, y que al agradarles al paladar, las solicitaron en los Clubs de las ciudades en que se radicaban. En su casa —Londres, o donde quiera que él hubiera es- tado residenciado en su diminuta isla— de Inglaterra, el in- glés, por lo general, no sucumbía fácilmente a esta innova- ción. Por muchos años, el hecho de que el cocktail era una bebida oriunda de América, era bastante para que fuese repu- diada. Los ingleses vivían apegados a su Sherry (Jerez), a su whisky de Escocia y al cognac (brandy) con soda. Así que, la extensión del cock-tail en alguna cosa parecida a su pureza prístina, por hablar así, se debió en mayor medida a los yanquis peripatéticos, alguno de los cuales nunca halla- ba en ningún lugar extraño una vida agradable, hasta que conseguía sus cock-tails. No le ha sido posible encontrar hasta la segunda década del siglo que vivimos, al autor de estas letras, en todo Lon- dres, un lugar donde se hiciera un verdadero cock-tail al esti- lo americano. En París, sí. Los franceses, mentes ágiles pa- ra utilizar y aprovechar toda innovación para que se consu- mieran sus vinos claretes y sus borgoñas, por los reacios a con- sumirlos, aprovecharon esa innovación e importaron coctele- ros para preparar las nuevas bebidas y aumentaron la ma- nufactura del hielo. No eran pocos, en verdad» los france- ses que habían aprendido el arte de la coctelería. En el Bar

Digitised by Jared M Brown & Anistatia Miller, 2009

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