1948 El Arte del Cantinero (Mixellany)
LA ETIQUETA DEL BUEN BEBEDOR
Se dice que el vino está prohibido, pero sólo está prohibido a cuantos no tie- nen medida de lo que to- man y a cuantos no saben con quien lo toman. Ornar Khayyan.
Este breve pensamiento» verdadera joya filosófica del sa- bio y filósofo persa, de un pasado muy lejano, contiene en sí mismo» toda la esencia de la etiqueta del buen bebedor. Pues la mejor medida de todo bebedor sapiente» es saber apreciar la calidad y la cantidad de la medida de todos sus apetitos sin llegar a los límites del exceso, "En Europa, —dice Harmau Burney Burke, en su libro sobre coteles— entre las personas cultas, existe la medida del buen tomador o bebedor, así entre el sexo masculino como entre el femenino. Raramente se extralimitan en público; po- quísimas veces en privado. El europeo culto toma con me- dida; el americano carece de esa medida y desconoce, por lo regular*, qué es lo que toma. "Eso entraña —dice el mismo autor— un defecto social, porque estorba la libertad de nuestros semejantes, y daña las buenas relaciones de los parientes y amigos a quien tratamos y con quienes convivimos, molestándolos sin razón en esas extralimitaciones nuestras, por falta de conocimiento de lo que deseamos consumir y tomar en las horas de nuestro es- parcimiento y descanso. "La borrachera —sigue diciendo Harman Burney, viejo cantinero— es inexcusable para cualquiera que la coja. To- do borracho debe saber cuanto molesta a los que trata y que con él conviven. Además, las aptitudes y los modales que adopta todo borracho» le hacen perder su dignidad. "El hombre o la mujer —dice el mismo autor— que no tenga la medida de lo que su cuerpo necesita está perdido» fí- sica y moralmente. Todo hombre o mujer que se precie y es- time debe saber lo que debe beber y hasta donde puede beber". Cada bebida o licor, reacciona indistintamente en cada organismo. Por ese motivo» todo bebedor» que se precie, de- be conocer las reacciones fisiológicas que unas y otras bebi- das alcohólicas efectúan en su organismo. Unos vinos y li- cores hacen daño a unos y otros, les hacen bien; otros vinos y licores alimentan y nutren a éstos o aquéllos y a los demás» les sirven de veneno.
Digitis d by Jared M Brown & Anistatia Miller, 2009
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