1948 El Arte del Cantinero (Mixellany)

"Toda bebida alcohólica, —sostiene Harman Burney— cuando se toma sin medida y a tontas y a locas, como se to- ma en América, hace verdaderos estragos sociales. El alco- hol desenmascara al individuo que lo consume sin método y lo exhibe completamente desnudo a cuantos lo tratan, ense- ñándole a los demás sus sentimientos, buenos o malos, sus gustos y todas sus ideas, cualesquiera que éstas sean. Quita el freno o el llamado temor por el cual respetamos a las gen- tes que tratamos, convirtiendo a muchos caballeros en bestias, haciendo a los tímidos osados, transformando a los cobardes en valientes, y en hilarantes y locuaces, a los reservados. "Para evitar estos espectáculos, —seguimos traduciendo de Harman Burney— con la experiencia que tenemos, quere- mos aconsejar a toda persona que se estime y cultive las bue- nas formas sociales» no que se prive de beber, cosa que co- mo Cantineros no podemos recomendar, porque esa medida acabaría con nuestra profesión, sino que se beba o tome» no ya con medida, sino los vinos y licores que menos daño hagan". El alcoholismo es un vicio antiguo, como hemos demos- trado en artículos anteriores, y sus estragos no se ven, por lo regular, en las altas clases sociales, sino en las bajas» por- que la clase rica, puede pagar los buenos vinos y licores, y los vinos y licores que están al alcance de la clase pobre o trabajadora, son todos de alta graduación alcohólica, motivo por el cual con poco que se beba, se alcoholiza toda persona, Pero a pesar de eso, no es menos cierto, que de poco tiempo acá, todas las clases sociales se dieron en consumir el bran- dy, el whisky, la ginebra, bebidas todas de alta graduación alcohólica» que en suma» no son más que aguardientes, que se deben de tomar con medida y en pequeñas cantidades, pa- ra que el organismo no sufra sus malos efectos con el uso diario. Toda persona de gusto refinado, puede tomar» hasta sin medida si se quiere, los vinos ligeros. Éstos nunca hacen da- ño, a cualquier hora que se tomen. Por el contrarío» aprove- chan a la salud, nutren y fortalecen y dan calor al cuerpo, además de los delicados placeres que despiertan por el aroma y el bouquet que poseen. Y esto puede hacerse por todo el curso de una larga vida. Es más» los buenos vinos como los de Jerez, hacen longeva la vida. Véase como una prueba de lo que decimos, los estudios que han hecho celebridades médi- cas de todo el mundo» con los tomadores consuetudinarios del vino de Jerez. Además» no se olvide lo que decimos en capítulos anterio- res: que el whisky y la ginebra» hace unos cuantos años na- da más» sólo los consumían los cocheros, los cargadores de muelles, los mineros. Las clases que sabían beber jamás lo - _ 2N2

Digitised by Jared M Brown & Anistatia Miller, 2009

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