1948 El Arte del Cantinero (Mixellany)

SERVICIO DE CRISTAL DE LOS BARES Y CANTINAS. MANERA DE TRATARLO

"El mayor placer de to- dos los bebedores, consis- te en contemplar y oler los vinos". Murdock Pemberton.

Existe un antiguo proverbio que dice; el vino lleva en sí su propio adorno. Sin embargo, surge un nuevo placer que aumenta los anteriores del buen catador, que consiste en la calidad de la copa o del vaso en que se sirve o beba lo que a uno le gusta. (Téngase esto muy presente por todo buen Cantinero y propietario de Cantina o Bar, Los propietarios entendidos de Hoteles y Bares y demás establecimientos en que se expenden licores» tratan siempre de poseer vasos y copas finas, porque saben por experiencia» que se rompe menos servicio de cristal fino, que del vidrio or- dinario» y se limpia mejor, y además, porque es más atracti- vo para el bebedor, todo servicio de cristal fino. La práctica de los años ha demostrado esos hechos y ha dado lugar a la creación de verdaderos expertos en la clasificación de los cristales. Todo Bar o Cantina que desee tener buena clientela, al adquirir la vajilla, debe pedir» siempre: cristal fino o cristal de roca. Esta clase de cristalería no solamente tiene una fi- na estructura, sino que conservará su brillo y será más fá- cil de guardarse en esas condiciones. Después, hay que considerar el color de los vasos y las copas. Toda vajilla para Bar o Cantina, debe ser de cristal claro» limpio de todo color. Puede hacerse una excepción y ésta ha de ser exclusivamente, para escanciar en las copas ceremoniales en que se consume» el vino del Rhin, Esto es muy importante, porque una copa de color» mientras no es más que una ornamentación en la mesa o en el mostrador del Bar, roba al vino o al licor, su color, un factor primordial para determinar sus méritos. Y cualquier bebedor avezado» le puede decir a uno que la mayoría del placer de todo el que bebe, es admirar la pureza» la efervescencia y el color de los vinos y licores que absorbe. El propio grabado de los vasos y las copas, desluce esas emociones naturales» a pesar de que tengan toda la finura que se quiera, unos y otras. La mesa o el mueble en que se monte ese servicio, si se necesita» de- be poseer otra clase de ornamentaciones, que no los grabados de las copas y de los vasos, y por eso no hay nada más bello en una mesa, que un servicio completo de cristal fino desnu- do, bien diseñado. Pero eso no quiere decir que el tallo de Digitised by Jared M Brown & Anistatia Miller, 2009

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