1948 El Arte del Cantinero (Mixellany)
la copa, ha de ser exclusivamente redondo; puede ser talla- do de diversas formas y es mejor tallado, para coger la copa y manejarla. Existen muchísimas clases de esta vajilla de un gusto perfecto» que se pueden comprar. La mayor parte de esta clase de servicios, han sido tallados por hombres que han pa- sado muchos años estudiando la calidad y los colores de los vinos y licores y su mejor manera de tomarlos y servirlos. Julián Street (Julián Calle), dice Murdock Pemberton, una vez diseñó un juego de vasos y copas para él y sus amigos, que más tarde fueron puestos a la venta. Este juego está basado en las líneas clásicas y sigue las tradiciones europeas. Muchos de nuestros vasos y copas, han sido hechos para cu- brir exclusivamente las necesidades sociales, sin tener presen- te todos los otros detalles artísticos y científicos. La copa y el vaso que se usa en Europa, es siempre más grande que la cantidad del vino o el licor que se ha de servir y tomar. Es- to permite en las casos del vino, la oportunidad de poder ha- cer girar el bebedor, dentro de la copa el vino, para admirar su transparencia y los efectos que produce sobre la luz, pro- vocando, a la vez, la expulsión del aroma. Y cuando la co- pa y el vaso son convexos, sirven para conservar el bouquet de los vinos y licores. Recuerde que todo esto es un acto ritual. Arremolinan- do con un movimiento de la mano, el vino o el licor que tiene el fino catador en la copa o el vaso, provoca el desprendimien- to de unos y de otros, de las esencias que son inherentes a todo licor y a todo vino, de los cuales el refinado bebedor as- pira impregnarse. Esto es esencialmente importante en el ca- so de todo buen cofmac o brandy y sobre todo, en los vinos de Jerez olorosos. Si usted es un bebedor sin experiencia y sin gusto y ha desdeñado esa clase de emociones» pruébelas alguna vez y comprobará cuales son las # nuevas sensaciones que experimenta. (Motivo es éste» también, de que no se emborrache el bebedor de esta clase, con la facilidad del que bebe sin ton ni son). Respecto al champaña, en América, se cree como una cosa indudable, que la copa aplastada que se usa para beber- lo» es la propia de esa clase de vinos. Los historiadores nor- teamericanos llegan a la conclusión, que esta clase de copa fue creada por Charles Dana Gibson» quien sostuvo en la dé- cada del final del pasado siglo, con una persistencia abruma- dora» en todos sus trabajos, la figura de la señorita que lleva su nombre, que con ojos de carnero miraba una copa de cham- paña de esa clase. Estas copas por lo general, tienen el ta- llo hueco» produciendo» como es natural, un efecto bonito, por las burbujas que suben a la superfieio, especialmente admirable en los vinos espumosos de Borgoña. Pero el tallo hueco» es muy difícil de limpiar, si no imposible, y no añade nada en ^_ 301 — Digitised by J red M Brow & Anistatia Miller, 2009
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