1959 El Coctel y Sus Derivados por Fernando Gaviria

el Café —velado'^es de mármol, mo'zos higo- tudas con la arodilla» sobre el hombro para que los escritores festivos hicieran ese chiste, divanes de rojo terciopelo, espejos empañados y tertulias interminables. Pero al mismo tiempo que la' música sinco pada y el «jazzy> desplazaban a las melodías lánguidas y románticas, el bar americano y las bebidas combinadas dieron el tiro de gracia al agónico emita y mitá», y a la rancia «me dia tostada» con mucha mantequilla. El «barman», limpio, rasurado, atento sin adulación, obsequioso sin servilismo se hizo so bre el pavés, se entronizó delante da las bri llante.', anaquelerías, entre un frico de botellas con etiquetas raras y banderiias ds todos los países, plantadas en búcaros argentados. Intuición psicológica, conocimiento del mun do, de la sociedad, de la gente, talento, ha bilidad y paciencia, sentido exquisito de la corrección y de la cortesía son virtudes fun damentales de un «barman», aparte de una condición innata que no puede aprenderse ni adquirirse: la simpatía. Y al decir esto, he-

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