1949 El Bar Evolucion y Arte del Cocktail by J Sanfeliu Brucart

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E L B Á R J O do tenga sed, que el encontrar el hombre competente, honesto y amable... que en el momento indispensable del refrigerio le ofrezca la bebida apropiada al instante y al estado físico en que se encuentra? Desde los zumos de fruta a la más enérgica mezcla, pasando por la sangría o los jarabes, ¿no tienen todos su momento y no pueden servir cada uno para ima nece sidad? Pero hay que saber administrarlos. Y así como en Medicina, para desgracia del enfermo, hoy se sirven las drogas en botelHtas, tubos o cajitas, con fórmulas impre sas y optimismos absurdos de curandería taumatúrgica, frente a la receta individual, momentánea, precisa y fruto de tm estudio subjetivo, tenemos, en cambio, que agra decer a los tiempos la reacción intehgente de que en los casos convenientes nos pueda ser suministrada la bebida que nuestro cansancio necesita, nuestro paladar pide y nuestra salud exige. Para desarrollar este papel, el barman tiene que ser, imprescindiblemente, un técnico y un hombre honorable. La chaquetilla blanca y el mostrador lujoso ni prestan altura moral ni competencia. Suministrar una bebida fuerte a tma chiquilla que presume de beber y lleva a sus labios incautamente a los bordes de tma mezcla de sabor agradable, es tan repug nante como ofrecer con hipocresía, en copa de viejo vino, las gotas diluidas del veneno que mata. Seguir la corriente al hombre que, disminuido en su voluntad y ajeno a su dominio, pide copas y copas como quien, embrutecido, pide caballos, vale tanto como ace char desde el escondrijo de un desfiladero el descuido del caminante para asesinarle. Una y otra reacción pue-

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